miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Jubilaqué?

La verdad es que a veces pienso en la idea de recopilar los rebuznos de nuestros insignes ministros. Además de acometer el sano ejercicio de comprobar la iniquidad y la estulticia imperante en el ejecutivo, tendría un buen mamotreco en la estantería. Una especie de Quijote, por lo absurdo claro, sobre las andanzas de tanto mercachifle inculto, encorbatado y con la sonrisa imbécil de quien lo es, y no le importa demostrarlo ni declamarlo.

El turno lo tiene esta vez la cartera de trabajo, con esa fastuosa idea de que aquí todo el mundo pringue hasta que se les caigan los dientes, ya que la odontología no está cubierta por la seguridad social, o nos quedemos ciegos, que la oftalmología tampoco. Lo demás no hay problema, sin enfisemas ni cancer por fumar, sin obesidad y haciendo ejercicio
regular recomendado por papá estado, podemos aguantar esos dos años más que nos quieren endilgar con tanta alegría.

A fin de cuentas, la cosilla tiene su por qué, y a poco que se escarbe, hay motivos sobrados para apoyar la iniciativa, que de tan buena que les ha salido, a los dos días ya han tenido que "matizar". Debe ser que darle un tono distinto al rebuzno, más melifluo en vez de discordante, igual nos hace escuchar embelesados la propuesta. Hay que entenderles, pobrecitos, que con el sueldo que cobran por todo lo que hacen, no les llega, y alguien se lo tiene que compensar. Igual que alguien tiene que poner la viruta para indemnizar a todo perro pichichi, que es la mejor manera de acallar bocas cuando se mete la pezuña hasta el corvejón. Alguien tiene que pagar las políticas sociales desmadradas que intentan sostener, y no hacen más que seguir siendo poco pan para hoy, y muchísima hambre para mañana. Alguien tiene que soportar el peso de la prestación por desempleo que se otorga masivamente, porque claro, pensar en crear empleo para no tener que dar lo justo y debido, no es opción para esta gente. Alguien tiene que cubrir el parque móvil oficial, uno de los mayores del mundo, los puestos nepóticos en las administraciones, casi un 17% de población activa metida en el estado y sin producir. Alguien tiene que pagar los viajes, las cenas, los fastos en los actos públicos, la fotito de rigor, la cumbre de turno, y otras tantas cosas que salen de nuestro bolsillo y les benefician.

Y eso por no hablar de un sistema de pensiones que tiene un agujero digno del mejor butronero, que eso es lo que son, y por tanto, si trabajas dos años más, dos años que se ahorran de pagártela, que no está la cosa para nimiedades y delicadezas, pardiez. El hecho de que el mercado laboral se estanque, al no haber salida ni renovar la sangre que se espesa, es algo irrelevante, eso es algo para el que venga detrás y se encuentre el desaguisado. Lo de esta gente es arreglar problemas actuales, no preocuparse por el futuro, que ya sabemos que hoy es ayer, y mañana no ha llegado.

Tampoco es cosa baladí el considerar otras cuestiones más oscuras y recónditas, pero no por ello menos importantes. Dos años de seguir dando el callo, también suponen dos años en que el individuo, además de pagar impuestos como ya he apuntado antes, tiene viruta para consumir y endeudarse, que a los amigos siempre hay que hacerles favores. Dos años de seguir pagando hipoteca, que todavía estará vigente, dos años de seguir manteniendo a los hijos que no se pueden ir de casa, y dos años cuidando de los nietos de los que esos mismos hijos no pueden encargarse, a no ser que estén en el paro claro, que igual ése es el plan, y por eso no crean empleo.

En fin, maravillas como siempre, es lo que nos cae cada vez que se les ocurre darle a la pelota. La tentación de pensar debe ser enorme para ellos, aunque la combaten con un denuedo admirable. Miedo me da el día que sucumben a ella.

En serio.

Auténtico pavor.